"Contra las mujeres"

“CONTRA LAS MUJERES”

He leído recientemente un artículo de una escritora estadounidense, Rebecca Solnit, sobre la violencia de género: el título es “contra las mujeres” y nos regala una panorámica terrible sobre la condición femenina del XXIº siglo. La violencia contra las mujeres es un esquema recurrente, amplio, trágico y desgraciadamente una temática ignorada por la mayoría de las personas, sobre todo por parte de los hombres.

“En todo el mundo las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen más probabilidades de ser violadas o matadas por la violencia masculina que por el cáncer, la malaria, la guerra y los accidentes automovilísticos puestos juntos”: son las palabras de Nicholas D. Kristof, periodista del New York Times.

De los Estados Unidos, a Gran Bretaña, a India, a Egipto, a China las violaciones y los homicidios de mujeres de la infancia a la mayoría de edad se han multiplicado ante la indiferencia general.

La gente habla más de violencia si el caso implica a una celebridad o presenta algunos detalles escabrosos, mientras las noticias comunes sobre las mujeres víctimas de violencia en todo el mundo son dejadas caer en el silencio.

En los Estados Unidos cada 6 minutos es denunciada una violación, cada 9 segundos una mujer es pegada y se calcula que las agresiones son de dos millones al año. En el curso de la misma vida una mujer sobre cinco es víctima de una violencia o un intento de violación.

En las fuerzas armadas americanas las mujeres soldado durante las misiones son presa de los colegas y los superiores, a menudo impotentes cuando se encuentran sobre los barcos.

En India el fenómeno es difuso, pero, por ejemplo, sólo se habla de esto cuando una mujer es secuestrada sobre un autobús, violada toda la noche por el conductor y cinco amigos suyos en New Dehli.

Las mujeres callan por el miedo de represalias, para proteger a parientes y amigos, porque reciben presiones externas, porque temen una sentencia negativa, porque quieren olvidar.
Estamos hablando de decenas de millones de víctimas.

Ésto significa que circulan libremente millares de hombres violentos en las calles que no son reconocibles de lejos.

Leyes insuficientes, condenas leves, ninguna protección para las víctimas, discriminación en el lugar de trabajo, violencias en casa, en la familia, en la escuela y sobre todo una absoluta falta de cultura del respeto de la mujer desde la infancia han llevado a una situación de emergencia mundial.

Es un problema de derechos humanos y civiles, una injusticia que concierne a todos. La violencia no tiene raza, clase, religión ni nacionalidad, pero tiene un género.

Sin esta conciencia no hay libertad y justicia, para ninguno de nosotros.

Creo que se debería hablar más de esta cuestión y que sería necesaria una información constante, profunda y no superficial.