miércoles, 17 de abril de 2013


Hola chavales, quiero escribir de una cosa que me ha impresionado mucho aquí en San Sebastián: el movimiento de la marea.  Yo no era consciente de cómo funciona este fenómeno físico, solo sabía que en este proceso participa la luna,  junto a muchos otros factores. Consultando en Internet para aclararme, he visto que es una cuestión de atracción gravitatoria y de distancia entre los cuerpos celestes que se manifiesta sobre las grandes masas de agua.


A esta proporción es debido el movimiento de la marea, una proporción que cambia continuamente, en una manera que es solo parcialmente previsible por  los humanos. 

Me he dado cuenta de esta situación muchas veces caminando por el Paseo de la Concha,  donde se puede ver claramente cuánta diferencia hay entre las horas del día, por ejemplo mirando cuánta arena hay y cuánta en cambio no se ve porque está escondida debajo del mar. Nunca en mi vida he visto un paisaje cambiar de una manera tan rápida como pasa aquí: yo vivo en un sitio donde el nivel del mar parece siempre el mismo, y cuando se mueve lo hace tan lentamente que es casi imposible darse cuenta del cambio. Aquí es todo diferente: algunas veces se puede caminar por la arena desde el Puerto hasta la playa de Ondarreta  y luego, después de algunas horas, todo el trayecto recorrido estará sumergido, y no habrá otra cosa que el recuerdo de esto, como si no hubiera nunca existido.



La marea oscila sin parar, el cambio es rápido y silencioso, y todo se modifica de repente; la mayoría de las veces es demasiado difícil estar  al tanto de los eventos que ocurren. El movimiento es plácido y continuo, y probablemente te puedes dar cuenta de esto solo cuando ya ha ocurrido.

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